La familia Chillida está dispuesta a reanudar las conversaciones con las instituciones

La familia del escultor Eduardo Chillida ha manifestado esta mañana en el Parlamento Vasco que se muestra dispuesta a reabrir las conversaciones con el Gobierno Vasco y la Diputación de Gipuzkoa sobre el futuro del museo Chillida-Leku, al mismo tiempo que ha reclamado mayor “rigor y profesionalidad” por parte de las instituciones vascas.

Ignacio y Luis Chillida, hijos del artista, han comparecido ante la comisión de Cultura del Parlamento Vasco para informar sobre la situación de Chillida-Leku, tras la ruptura de las negociaciones con el Gobierno Vasco y Diputación de Gipuzkoa  sobre el futuro del museo.

El museo cerró sus puertas al público el pasado 1 de enero debido a las dificultades económicas que atravesaba tras diez años de actividad. El pasado 25 de marzo, la familia de Chillida anunció el “cierre definitivo”, tras declarar que no había sido posible llegar a un acuerdo con las instituciones que garantice las condiciones que considera “imprescindibles” para asegurar la continuidad del mismo tal y como las definieron Eduardo Chillida y su mujer, Pilar Belzunce.

TEXTO ÍNTEGRO DE LA COMPARECENCIA EN EL PARLAMENTO VASCO

Egun on danori, buenos días a todos,

Quiero, en primer lugar, agradecerles a todos ustedes su invitación para estar hoy en esta Comisión y la atención que nos van a dedicar. Entiendo que es reflejo del interés que tienen por el futuro de Chillida Leku y por lo que ha sido y es la obra de Eduardo Chillida.

Para nosotros, es un honor y una oportunidad. Un ofrecimiento que no podíamos rechazar.

Soy Ignacio Chillida y junto con mi hermano Luis hemos venido en nombre de una familia, que desde la muerte de nuestro padre el 19 de agosto de 2002, hemos asumido con responsabilidad y sacrificio, la defensa de su legado.

Nuestro padre nos dio grandes oportunidades y por ello también compromisos, pero comprendan ustedes que nuestro primer COMPROMISO (con mayúsculas) es con él, con su obra y con la forma que él tenía de ver la vida.

Chillida Leku es, además del valor sentimental que tenga para nosotros, algo más que un espacio físico único… es más que un atractivo turístico o un conjunto expositivo… Chillida Leku es sin duda la última gran obra de un escultor único, de un vasco universal.

Sinceramente, y como les he dicho al principio, es un honor y una oportunidad estar hoy aquí, pero la verdad es que nos hubiese gustado venir a contarles otras cosas o quizás simplemente invitarles a pasear por Chillida Leku, un lugar del que estamos orgullosos y en el que verdaderamente creemos. Pero se nos ha requerido para hacerles conocer el pasado, presente y futuro de este lugar ,teñido por la sombra de una negociación que recordamos con tristeza y dolor y que nos presenta a todos un futuro sembrado de incógnitas.

Antes de comenzar les reitero que todos ustedes están desde luego invitados a visitarnos.

1. El Pasado

“Yo soy de los que piensan, y para mí es muy importante, que los hombres somos de algún sitio”. Esto es lo que nuestro padre sintió cuando vio por primera vez la finca de Zabalaga, en Hernani (Gipuzkoa).

Era el año 1983, nuestros padres buscaban un lugar para las obras, un lugar íntimo y privado en el que pudiesen descansar una vez terminadas hasta emprender el viaje a sus nuevos destinos. El caserío estaba en ruinas, pero no tuvieron dudas y un año después iniciamos la compra de lo que hoy conocemos como Chillida Leku.

Desde 1984 hasta el año 2000, Chillida Leku fue un sueño privado. Un espacio donde la obra de Eduardo Chillida se iba fusionando con el entorno y formando arte en sí mismo. Un espacio de libertad para la escultura y la imaginación de Chillida que fue creciendo poco a poco con esfuerzo por parte del escultor, nuestra madre, Pilar Belzunce,principal apoyo de Eduardo Chillida, y todos nosotros.

Allí las esculturas vivían su último proceso, el de oxidación, y allí permanecían hasta su venta o exposición en algún museo. Algunas volvían y otras no. La restauración de este caserío del siglo XVI y la adaptación de su entorno a la obra –realizada y financiada íntegramente por la familia Chillida Belzunce con sus propios medios- originó que Chillida Leku se convirtiese en lugar de culto para quienes lo visitaban invitados por el escultor.

En este contexto, tras la restauración, y animados por las instituciones, la familia decidió compartir con el público su colección privada y brindar al resto del mundo la oportunidad de contemplar esa obra única con la que nosotros convivíamos cada día. Ello conllevó la contratación de personal, adecuación de las instalaciones, en resumen, importantes inversiones familiares adicionales.

Desde el principio, las instituciones nos aseguraron , incluso públicamente, que se iba a apoyar dicha apertura al público a través del pago de la seguridad, apoyo en el sostenimiento del museo, etc. En cualquier caso, se buscaba que no supusiese un gasto más para la familia.

No hay ningún museo ni en Euskadi ni en el mundo que busque ganar dinero ni es esa su función principal, y desde el primer día Chillida Leku costó dinero. Fuimos y seguimos siendo nosotros, la familia Chillida, quienes nos hicimos cargo en exclusiva del déficit: más de 2 millones de euros en 10 años. Nuestra compensación fue la respuesta del público: más de 81.000visitantes de media anual, para que se hagan una idea, más de 250 personas al día en Hernaniy según las encuestas, el 91% estaban dispuestos a repetir la visita y su satisfacción era de 9´08 sobre 10. Estábamos en el buen camino.

Aunque nuestra madre nos ha dicho reiteradas veces, incluso por escrito, que no nos sintamos obligados a mantener Chillida Leku, hemos tenido siempre como nuestra prioridad su continuidad. Ella fue con nuestro padre la creadora de un lugar tan especial, ella hizo posible toda la obra de Eduardo Chillida, incluida esta última gran obra… Chillida Leku. Nosotros debíamos agradecer su visión y sacrificio con generosidad y sobre todo respetando sus deseos iniciales y cuidando su legado.

Una de las preocupaciones de nuestros padres era el futuro de ese lugar. Chillida había visto como algunos de sus proyectos escultóricos se desvirtuaban y nuestra madre entendía que si no se daban las condiciones adecuadas… mejor sería que las obras estuviesen repartidas por el mundo.

En 2007, en un contexto de ausencia de crisis y de clara apuesta por las inversiones culturales, entendimos que había que buscar una solución de futuro que convirtiese a Chillida Leku en un “espacio protegido”. En ese momento, iniciamos conversaciones formales con las instituciones vascas a través del abogado Rodrigo Uria, para velar por el futuro del museo, aunque años antes habían comenzado ya algunos contactos informales.

Nuestras condiciones, las de la familia Chillida, para cualquier acuerdo eran muy claras:

-Unidad Permanente de la colección en los actuales terrenos. Es decir, que la obra se mantuviese en ese espacio (aunque podría y debería salir y volver para ser expuesta en otros lugares del mundo)..

-Carácter monográfico del Museo. No se podrá incorporar a este espacio obra de otros artistas, aunque sí podrían habilitarse nuevos espacios anexos con exposiciones temporales.

-Nosotros únicamente nos reservaríamos el veto en lo que afecte a la salvaguarda de la obra y la imagen de Chillida (voto de calidad). Es una medida de precaución para que no se den variaciones ni nuevas configuraciones.

Durante este proceso, las instituciones vascas pidieron una valoración a Sotheby´s en 2008 que emitió un informe que valoraba las obras en 164 millones de euros y los terrenos en 12 millones de euros, en total 176 millones de euros.

Fruto de la negociación realizada en enero de 2009 y a fin de asegurar nuestras condiciones, acordamos ceder Chillida Leku –un museo en marcha… un referente internacional- por 112 millones a las instituciones vascas.

Se lo hemos explicado a la consejera y a todo el mundo que ha querido oírlo, ¿por qué lo dejábamos en 112 millones si valía 176? Porque esos 64 millones de euros -cifra nada baladí- suponían una donación para Gipuzkoa, para Euskadi. Entendíamos que el esfuerzo de las instituciones en la situación actual y las condiciones que la familia exigíamos, sólo tenían cabida bajo un acuerdo en esos términos de generosidad. Porque buscamos asegurar el futuro de Chillida Leku, no vender Chillida Leku.

No se trata de buscar culpables, pero es un hecho que el cambio de gobierno, la crisis, hicieron que ese principio de acuerdo no se materializase, y en otoño de 2009 tuvimos que iniciar un nuevo ciclo de conversaciones.

En este último año y medio no hemos avanzado ni llegado a buen puerto, ya que sin entrar a negociar el precio, las condiciones que exigíamos no eran asumidas adecuadamente.

Este proceso, para las administraciones, era la negociación de una venta; para nosotros, era asegurar el futuro de Chillida Leku con un acuerdo de traspaso.

¿Por qué no se ha llegado a un acuerdo? Porque no se firmaba un respeto a Chillida, a su obra, a Chillida Leku. Porque Chillida Leku es como el Museo Rodin o el museo Dalí, un museo de autor. Y esa es su gran fortaleza, su atractivo principal.

Y además es un museo de autor… con éxito… Las personas van a Hernani a ver a Chillida. Y por cierto, Chillida Leku perdió dinero, sí, pero mucho menos que otros museos vascos, nacionales o internacionales.

En este contexto, ante la falta de garantías hacia el legado de Chillida, nosotros, la familia, decidimos liberar a la Diputación Foral de Gipuzkoa y al Gobierno Vasco de sus compromisos y no forzar ningún nuevo acuerdo. La familia pone el contador a cero.

2. El Presente

¿Tan lejos estaban en las negociaciones, se preguntarán ustedes? O ¿les ofrecíamos poco dinero? ¿Cuánto piden ustedes por Chillida Leku?

Me temo que ninguna de estas preguntas es correcta. ¿Por qué?

Porque para negociar hay que estar hablando de lo mismo. Porque de la cuestión económica no se ha llegado ni a hablar en profundidad en el último año y medio. Y porque el dinero no ha sido la cuestión clave, aunque alguno haya querido hacerlo parecer así.

Sinceramente, si fuese una cuestión económica, nunca hubiésemos ido a las instituciones públicas, hubiésemos ido al mercado del arte, donde como ustedes saben las obras de Eduardo Chillida tienen un valor en alza permanente.

Pero la cuestión es que no buscábamos dinero, buscábamos seguridad, no se equivoquen con nosotros. Lo que queremos es proteger Chillida Leku, proteger el legado de Eduardo Chillida, y pensamos que las instituciones vascas eran una salvaguarda, una garantía.

¿Quién si no podría proteger Chillida Leku del deterioro medioambiental? ¿Quién podría asegurar que no habría “agresiones” urbanísticas? ¿Quién podría proteger las obras de Eduardo Chillida cuando ninguno de nosotros estemos aquí?

Y no son elucubraciones. Actualmente Chillida Leku ya sufre un impacto medioambiental real. Sabemos que el futuro avanza, pero también creemos que se puede minimizar el impacto, y sinceramente, nadie se ha preocupado de saber si las nuevas carreteras, la ausencia de árboles, la inexistencia de pantallas acústicas o las construcciones, inciden en un lugar como Chillida Leku.

¿Hemos sido inocentes? Quizás.

¿Nos hemos equivocado? Puede,

Pero NUNCA, nunca hemos sido ni deshonestos, ni desleales, ni merecedores del trato que hemos recibido.

Para nosotros proteger el legado de Eduardo Chillida es fundamental; eso implica cada obra y la obra en sí… Chillida Leku. Ustedes no saben que cuando nuestra madre y nosotros mismos elegimos las obras de la colección de Chillida Leku, elegimos lo mejor, lo mejor de lo mejor, las seleccionamos una a una. Eso también hace de Chillida Leku un lugar único.

Pero esta generosidad por nuestra parte, de la familia, de renunciar a lo mejor y en tal cantidad no ha sido nunca apreciada, ni reconocida. Quizás pecamos de exceso. Quizás.

Fíense de nosotros, pensarán ustedes. Nos fiamos entonces y quisimos hacerles depositarios de la obra de nuestro padre, pero también quisimos estar seguros de que no íbamos a ser testigos de ninguna arbitrariedad… Quisimos esas tres condiciones que, hubiesen podido ser una sola: CUIDAR la obra de nuestro padre. Sí, cuidar, velar, proteger… saber que no se hará nada incorrecto. Es más, les aseguro que si no hay nada extraño, ni siquiera notarán que estamos. Pero eso sí, antes de abrir ninguna puerta, esta vez deberá quedar todo bien escrito de antemano.

Eso, señores y señoras, no es gestionar ni querer mandar Es asumir nuestro compromiso con nuestro padre. Se lo hemos dicho de forma reiterada y clara… la familia Chillida abandona totalmente la gestión de Chillida Leku, si ustedes se hacen cargo. Todos tenemos profesiones, trabajos, actividades al margen de Chillida Leku. Hemos dedicado mucho esfuerzo, muchas horas en Chillida Leku, muchas ilusiones y muchos recursos… era nuestra responsabilidad y nuestro compromiso. Pero si ustedes aseguran su futuro en esas condiciones, estamos tranquilos. Es más, en algún momento se nos ofreció a alguno de nosotros seguir al frente de Chillida y lo rechazamos. No estamos buscando eso, se lo vuelvo a repetir: buscamos únicamente “proteger” Chillida Leku, lo mismo que ustedes podrían hacer para el futuro.

Y no estamos pidiendo nada raro. Algo parecido, pero con mayor calado, es lo que firmó la fundación Thyssen con el Ministerio de Cultura para la instalación de la Colección Thyssen Bornemisza, en Madrid. Unas conversaciones en las que, como ustedes recordarán, fue Rodrigo Uria quien redactó el acuerdo defendiendo al Estado en aquella ocasión… El mismo que nos asesoró a nosotros, convencido de que el modelo debía repetirse. No hay que inventar lo que ya existe y más si es un modelo de éxito.

Y ahora, ¿qué estamos haciendo? Hemos tenido que realizar un ERE con toda la plantilla, gente muy profesional, con una calidad personal impresionante, a la que hemos tenido que dejar sin empleo. Les hemos indemnizado, sí. Pero ha habido mucho dolor y un comportamiento intachable por su parte. ¿Cuántos trabajadores conocen ustedes que después de ser despedidos escriban una carta de apoyo a la empresa y la manden a los medios de comunicación? Los trabajadores de Chillida Leku lo hicieron y sinceramente, fue muy emocionante.

Hoy están en el paro, no nos quedaba otro remedio, ya que sin acuerdo de futuro con el Gobierno Vasco, ¿para qué mantener Chillida Leku abierto? Y aunque lo hubiésemos aceptado, una de las condiciones era que les echásemos previamente. Sí, eso era lo que nos exigía el Gobierno Vasco.

Ahora, Chillida Leku lo cuidamos la familia Chillida, lo atendemos nosotros y, al mismo tiempo, reflexionamos sobre el futuro.

3. El Futuro

Muchas personas nos han preguntado qué queríamos decir cuando hablamos de “buscar caminos que no hayan sido transitados antes”.

Estamos en ello, analizando el futuro y las diferentes posibilidades.

Ahora Chillida Leku retoma el viaje para el que nuestro padre lo eligió en 1983. Después de diez años de andadura, la obra de Chillida volverá a limitarse al ámbito más íntimo de la familia, tal y como nació. A partir de ahora, el conjunto escultórico vivirá en la intimidad de Zabalaga con una puerta abierta al estudio y a la investigación: podrá ser visitado y analizado por estudiosos de la obra del artista. Además,esta intimidad será conjugada con la universalidad de nuestro padre, mediante la difusión de la obra que viajará a exposiciones y museos del mundo, tal y como Eduardo Chillida quiso.

Como les he reiterado a lo largo de mi comparecencia, para nosotros mantener Chillida Leku abierto al público no es un fin en sí mismo. Chillida Leku abierto al público sin más es un viaje a ninguna parte. Chillida Leku abierto al público es porque hay un futuro asegurado y la tranquilidad de saber que Chillida Leku es y será un “espacio protegido”. No es tampoco una cuestión de dinero… Mantener Chillida Leku cerrado pero en “perfectas condiciones” ahora, sin visitantes, también nos cuesta dinero a la familia, aproximadamente unos 300.000 euros al año.

Pero tenemos nuestros compromisos y seguimos trabajando en la defensa del legado de Eduardo Chillida.

¿Qué significa esto? ¿Qué vamos a hacer? ¿Qué planes tenemos?

Tenemos concertado un seminario-taller abierto sobre Chilida, arte y filosofía a finales de verano.

Estamos pensando en retomar la Beca Eduardo Chillida.

Vamos a ampliar la colaboración con terceros, con otras entidades, con otros museos, nacionales y extranjeros….

Sepan ustedes que nos han ofrecido diversas opciones de futuro, tanto dentro como fuera de nuestro país, y estamos trabajando en diferentes proyectos por el mundo.También estudiamos la posibilidad de hacer un Simposium internacional e interdisciplinar sobre Eduardo Chillida y su obra para el año 2012, con motivo del 10º aniversario de su fallecimiento.

Como ven ustedes, muchas ideas que deben tomar cuerpo, muchas decisiones por adoptar… Sin prisa pero sin pausa, iremos avanzando. Buscamos caminos no transitados

Pero ¿qué quiere la familia Chillida? ¿Qué futuro deseamos para Chillida Leku? Nuestro escenario ideal sería mantener Chillida Leku donde está, empezando desde cero y buscando siempre en el acuerdo las garantías necesarias para proteger la obra de Eduardo Chillida.

Pero eso requiere, a nuestro modo de ver, un acuerdo político amplio, que permita que nuestras instituciones se sientan respaldadas al tomar decisiones que aporten valor al país, que enriquezcan nuestra comunidad y que nos hagan a todos los que aquí vivimos y los que nos visitan mas libres y más humanos. Eso es la cultura: libertad y humanismo.

Señoras y señores, no quiero abusar de su paciencia , así que voy a terminar aquí.

Gracias por invitarnos a venir a estar con ustedes, gracias por escucharnos, y les reitero nuestra invitación para que vengan a Chillida Leku… tendrán siempre la puerta abierta.

Mila esker.

1 comentario

  • Maider 25 octubre, 2011

    Sería una pena que este museo cerrara para siempre

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